Leyendo el libro “Web content management” de Deane Barket, que es uno de los pocos que he encontrado sobre gestores de contenidos (o CMS en sus siglas en inglés), me he topado algunas páginas con las que no puedo estar más de acuerdo y que en resumidas cuentas vienen a decir que en cuestión de CMS más no es más, más muchas veces es menos.

¿No estás contento con tu CMS? ¿Deseas migrar a uno mejor y ahorrar costes?¿No consigues la audiencia que deseas?
Está claro: necesitas un experto digital
A la hora de elegir CMS es lógico que tendamos a buscar un gestor que lo cubra todo, pero lo normal es que el desarrollador no lo haga todo bien e incluso que muchas características estén ahí solo para apoyar el argumentario de ventas. Y eso en el caso de que esas características realmente existan… Tampoco sería de extrañar las vendan antes de efectivamente contar con ellas.
Incluso aunque un CMS llegue a cubrir todo, lo lógico es pensar que no todo lo va a cubrir bien.
Incluso aunque un CMS llegue a cubrir todo, lo lógico es pensar que no todo lo va a cubrir bien. Por poner algún ejemplo, puede que el CMS tenga su sistema de comentarios nativo, pero que ese sistema simplemente sea demasiado básico y no incite para nada a dejar ningún comentario. En estos casos es habitual echar mano de terceros, como disqus, por poner un ejemplo.
Ya en mi webinar sobre gestores de contenidos comenté que una de las grandes tendencias son los CMS que yo llamo “Frankenstein”. Potentes gestores de contenidos que hacen muchas cosas bien, pero no todas y que confían en servicios como Google Analytics para analítica, Youtube para vídeos, diversas herramientas para generar concursos y un largo etcétera.
Es lógico que ningún comercial que salga al mercado quiera decir que su producto carece de determinadas características como encuestas, formulario de contacto u otras que probablemente no merecen formar parte del núcleo del producto. Esta acumulación provoca que los CMS sean cada vez más y más complejos, dejando de ser una herramienta sencilla y “usable” para convertirse en sistemas demasiado abstractos y poco comprensibles.
Como bien dice Deane en su libro, un CMS que dice hacer todo, probablemente no haga nada bien, y probablemente es mejor concentrarse en CMS que cumplan bien los requisitos concretos del proyecto e incluso desechar el resto, que no solo no se valoran sino que pueden afectar a la respuesta y velocidad del sistema.
Y por el mero hecho de que un CMS cuente con una determinada característica, eso no significa que lo haga bien, habría que testearlo… Yo personalmente siempre aconsejo que la empresa que encargue el CMS a un tercero tenga a alguien en la casa que lo comprenda bien y, por otro lado, siempre conseguir un site en test y comprobar bien cómo funciona exactamente el producto. Esto es sin duda mucho mejor que que dejarse llevar por los fuegos artificiales de los comerciales…
Elegir un CMS que tenga demasiadas características, que sea demasiado complicado, es claramente un error.
En resumidas cuentas, el mejor CMS no es el más complejo ni el que más características tenga en el core, sino el que mejor se adapte a nuestras necesidades concretas y al equipo que lo va a manejar. Elegir un CMS que tenga demasiadas, o sea demasiado complicado, es claramente un error.
Es mejor elegir un gestor de contenidos que haga bien todo lo que queremos que haga, que sea ampliable, y seguramente buscar fuera del CMS algunas características en las que éste quizás no esté a la vanguardia del mercado. Mailchimp para correo electrónico puede ser una gran elección en vez de desarrollar algo internamente que no le llegue a la altura del zapato por poner un último ejemplo.
Todo esto sin olvidar que en ocasiones existen muchas características en el “backend” que simplemente no se han tenido en cuenta en el “frontend”, o sea, que existen pero no se pinta nada si se activan o se utilizan…